¿Sabías que existen estudios que hablan sobre los efectos del cambio de hora en nuestro cuerpo y en nuestro cerebro? Pero, ¿realmente es así? ¿El simple hecho de adelantar una hora nuestro reloj puede afectarnos de una manera profunda? Es lo que vamos a tratar de analizar en el post de hoy. Esperamos que os sea de mucho interés.
Recientemente, hemos vivido uno de los dos cambios de hora anuales que experimenta nuestro país. En esta ocasión, hemos adelantado los relojes una hora: «A las dos, serán las tres». La gente suele tomárselo con humor y resumirlo con un simple «dormimos una hora menos». Pero la realidad va mucho más allá, ya que esta simple modificación tiene efectos sobre nuestro organismo.
Al igual que la depresión otoñal está totalmente probada y afecta a una buena parte de la población, el cambio de hora tiene consecuencias muy claras. Las primeras en nuestros ritmos circadianos y en la alteración en la secreción de la melatonina, una hormona que es la responsable de regular los estados de vigilia y sueño en función de la luz solar que percibamos.
Principales efectos del cambio de hora: ¿Padeces alguno?
El primero de los efectos del cambio de hora es el más claro: mantenemos nuestros horarios de trabajo y del día a día cuando en realidad nos levantamos una hora antes de lo habitual. Esto tiene una implicación seria, ya que rompe nuestra rutina de descanso, impidiendo disfrutar de las mismas horas que lo veníamos haciendo. Es, en cierta medida, una especie de jet lag, pero a mucha menor escala.
En segundo lugar, como hemos mencionado anteriormente, la desregularización de la melatonina implica, entre otras cosas, la aparición de cansancio, irritabilidad e incluso fatiga. Esta modificación del horario que hemos vivido recientemente afecta de una manera más profunda a los niños y a las personas mayores, seguramente los dos grupos de edad más sensibles a estos cambios.
Una cosa que también nos gustaría aclarar sobre los efectos del cambio de hora es que, por suerte, nuestro cuerpo y nuestro organismo son capaces de completar una recuperación en muy poco espacio de tiempo. Se estima que son 3 días los que tardamos en regular nuevamente nuestro horario y los ritmos circadianos.
Aparte de todo lo anterior, existen unos cuantos estudios que señalan otras posibles consecuencias de este adelanto horario, como la posibilidad de que influya en un ligero aumento de los infartos de miocardio que se registran en los días inmediatamente posteriores. Se da la casualidad de que cuando se recupera el horario normal de otoño, también se reduce su incidencia.
Del mismo modo, también se registra un ligero aumento de los accidentes de tráfico en el cambio de hora primaveral, mientras que se reducen con el otoñal. Pero, como hemos mencionado, estas posibilidades apenas están señaladas por unos pocos estudios y todavía no tienen una base científica sólida.
