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Claves para educar mediante disciplina positiva

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disciplina positiva

La disciplina positiva es un método que introduce, por primera vez en la historia, la educación de los padres. Un enfoque amable y firme de enseñar a los niños.

Nuestro servicio de psicólogo infantil en Avilés está formado por un equipo de profesionales que te guiará en la implementación de este método en el día a día. El acompañamiento respetuoso a los niños es clave para su desarrollo.

 

¿Qué es la disciplina positiva?

Un método establecido por el médico y psicoterapeuta austríaco Alfred Adler en los años 20. 

Diez años más tarde, el método llegó a Estados Unidos donde, gracias a ello, en 1980 la educadora Lynn Lott redactó el primer Manual de enseñanza para padres. Como ya adelantamos, por primera vez en la historia se incluye la educación de los padres para la correcta educación de los niños.

Características de este modelo educativo

  • Ayuda a los pequeños a sentirse conectados
  • Es amable y firme al mismo tiempo
  • Es efectivo a largo plazo
  • Enseña habilidades para la vida: emocionales, sociales y cognitivas
  • Ayuda a niños y niñas a descubrir sus capacidades y potenciarlas

 

¿Cómo podemos aplicarla?

Mediante sus 5 principios, la disciplina positiva permite a padres, madres y educadores/as tomar conciencia del porqué de conductas y actitudes de los menores, y no al revés. El enfoque por tanto es mucho más respetuoso y amable.

5 principios en los que se basa

  1. Corregir los comportamientos desde la empatía y el afecto. Para ello se establece un vínculo emocional con el niño/a, de manera que no percibe la corrección como un rechazo, sino simplemente como un error que puede solucionarse.
  2. Actuar como guía y modelo anima a los pequeños a desarrollar las cualidades que ven en los mayores: estabilidad emocional, independencia, amabilidad, paciencia, etc.
  3. Se debe disciplinar, pero desde el respeto: los niños buscan sentirse aceptados y valiosos. Cuando les gritamos o castigamos, les estamos enseñando que no son dignos de respeto, que no tienen valor. Con este método les enseñamos con firmeza, pero sin afectar a su autoestima.
  4. Recurrir al diálogo es básico, en lugar de optar por la imposición. Se trata de llegar a acuerdos consensuados entre todas las partes. Los niños/as deben entender que si incumplen esos acuerdos, habrá consecuencias. Éstas deben ser razonables, evitando castigos arbitrarios o desproporcionados.
  5. Destacar los logros también es muy importante. En lugar de enfocarnos en lo que hacen mal y en los castigos, ponemos la atención en lo positivo. De esta forma, los pequeños se sentirán más animados a repetir dichos comportamientos.

 

La disciplina positiva es la mejor forma de ayudar y acompañar a los niños en su desarrollo, en las relaciones con los demás y en la consecución de sus objetivos vitales.

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