A lo largo de los cinco continentes se estima que existen 158 millones de minas antipersona activas y sin localizar. Artilugios que, a la hora de matar, de amputar, no entienden de edades, sexos o razas. Para tratar de paliar las situaciones que provocan, de «aportar una gota de agua en un gran océano», el Rotary Club de Avilés traerá a la ciudad a uno o dos nińos afectados por estas armas para desarrollar su proceso de rehabilitación, después de que sea operado en Barcelona. Una iniciativa que se enmarca en un proyecto más amplio que desarrolla la Fundación Pax en colaboración con la institución.
El responsable de este proceso de rehabilitación, que ya se ha llevado a cabo con éxito en otras ocasiones, será el traumatólogo José Espińeira Pérez, que lidera un grupo más amplio de médicos.
Los miembros de la Fundación Pax cuentan con un programa destinado a la lucha contra las minas antipersona que ya ha comenzado a dar sus frutos. Una de las iniciativas es la transformación de contenedores en quirófanos de campo para poder actuar en las zonas en las que se encuentran estas armas.
Pero la complejidad de muchas de las operaciones obligan también a que instituciones como la Fundación Pax o el Rotary Club se involucren en la mejora de la situación de las personas afectadas y las traigan a Europa para su tratamiento, tal y como se hará en Avilés.