A día de hoy, es raro encontrar a una persona que no se haya hecho en los últimos meses al menos un test de antígenos. La cuestión es, ¿sabemos interpretar los resultados? ¿Qué indica la intensidad de la raya? ¿Tiene algo que ver con la carga viral? Resolvemos estas dudas en las siguientes líneas.
Lo primero a dejar claro es que, en algunos casos, tras un positivo en antígenos hay que corroborar el resultado con una PCR. De hecho, en una entrada anterior de nuestra sección de noticias ya repasamos las diferencias entre un test de antígenos y una PCR. La segunda es una prueba más exigente y, como tal, se realiza en centros sanitarios y de la mano de profesionales. Con el test de antígenos lo que se busca es saber si la persona está en su pico más alto de contagio o si por el contrario ha superado ya la enfermedad. Sea cual sea la intensidad de la segunda línea, si aparece quiere decir que el resultado es positivo. De todos modos, un resultado negativo no quiere decir que no estemos contagiados. ¿Por qué? Porque en los primeros días tras la infección y en los últimos, la carga viral es baja y el test no llega a detectar el virus. Explicado de otro modo, el no ver una segunda línea no significa que no haya infección. Mientras que un positivo es notablemente fiable al detectar un contagio, un negativo puede significar que todavía no hay suficiente carga viral y se está aún incubando el virus.
¿Y si la raya apenas se ve en un test de antígenos?
El positivo o negativo en antígenos viene determinado en función de si se marcan o no las dos rayas del test de antígenos. La ‘C’ (control) ha de aparecer siempre nítidamente para tener la certeza de que hemos hecho bien la prueba. De hecho, si no aparece hemos de desecharla y hacerla de nuevo. La otra raya es la determinante: la ‘T’ (test). Es la que nos indica o no la presencia del SARS-CoV-2 en nuestro organismo. Lo que ocurre es que la T no siempre aparece marcada con la misma intensidad. Cuando más tenue sea, menos potente será la infección, menos carga viral se tendrá. Por lo tanto, una persona con una raya muy poco marcada tendrá poca capacidad de contagio aunque deberá extremar las medidas de precaución. En estos casos, es recomendable repetir el test a las 24-48 horas para poder confirmar si la línea ya ha desaparecido y se ha superado la enfermedad.