Esforzarnos por conseguir buenos resultados es natural y positivo, pero el perfeccionismo patológico afecta negativamente a la salud mental.
En nuestra clínica se encuentran los mejores psicólogos de Avilés, quienes podrán ayudarte a manejar esta condición que influye significativamente en las relaciones y el bienestar.
¿Qué es el perfeccionismo patológico?
Es una preocupación excesiva por cometer errores, por cumplir con expectativas irreales y por evitar la crítica y el fracaso.
A todos nos gusta tener éxito, que reconozcan nuestros logros y que nos salga bien aquello para lo que nos esforzamos, pero mientras que el perfeccionismo saludable nos impulsa a mejorar, el patológico se asocia con:
- Baja autoestima: al depender de validación y logros externos que no siempre podemos controlar.
- Procrastinación: parálisis ante ciertas tareas por miedo a no ejecutarlas a la perfección.
- Autocrítica severa: evaluación negativa constante de uno/a mismo/a.
Síntomas de este tipo de perfeccionismo
Para detectar si tu perfeccionismo ha pasado de sano a patológico puedes fijarte en si presentas:
- Necesidad de aprobación y validación de otros.
- Miedo intenso al fracaso que te lleva a evitar actividades por temor a no cumplir con tus altos estándares.
- Ansiedad y estrés con tensión y preocupación constantes.
- Pensamiento rígido al creer que solo hay una forma de hacer las cosas: perfecta.
- Incapacidad para delegar en otros por miedo a que no cumplan con tus estándares.
Lo cierto es que no existe una única causa para el perfeccionismo patológico, puede venir dado por múltiples factores:
- Personalidad con tendencia al neuroticismo o al orden riguroso.
- Factores culturales como vivir en sociedades que valoran el éxito y la perfección por encima del esfuerzo.
- Expectativas altas o críticas constantes durante la infancia por parte de padres y entorno.
¿A qué puede llevarnos?
El perfeccionismo patológico está relacionado con trastornos psicológicos como:
- Ansiedad: ansiedad generalizada y trastorno obsesivo-compulsivo.
- Depresión: sentimiento de desesperanza ante la constante insatisfacción.
- Trastornos de la alimentación: causados por una necesidad de control extremo.
- Burnout: agotamiento físico y emocional por autodemanda excesiva.
¿Cómo podemos tratar el perfeccionismo patológico?
Por supuesto, lo primero es acudir a consulta psicológica para encontrar ayuda profesional. La terapia cognitivo-conductual puede ser muy positiva y nos ayudará a vivir con mayor tranquilidad y satisfacción. Además puedes:
- Establecer metas realistas, dividir los objetivos en pasos alcanzables y celebrar los avances.
- Reconocer los errores y aceptarlos como parte del crecimiento personal.
- Recordar que la perfección es un ideal inalcanzable.
- Reformular los pensamientos cambiando creencias tipo “todo o nada” por enfoques más flexibles.
En una sociedad donde solo es más quien más tiene, cambiar esta forma de pensar es todo un desafío. Transformar de golpe el perfeccionismo patológico en perfeccionismo sano es imposible, esto también debes aceptarlo como parte del camino. Sin embargo, hacerlo poco a poco, celebrando cada avance, es totalmente factible si cuentas con la ayuda y el acompañamiento de psicólogos especializados.