¿Alguna vez te has preguntado qué rasgos tienen las personas con trastornos de personalidad? En este artículo queremos explicarlo.
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¿Qué son los trastornos de personalidad?
La personalidad es el conjunto de características que diferencian a una persona de otra. Metafóricamente es lo que nos hace únicos, es nuestra defensa psicológica ante las adversidades.
Lo que la personalidad hace es adaptarse a las circunstancias del entorno, por lo que nos permite afrontar situaciones inesperadas con flexibilidad.
Es el resultado de:
- La interacción entre temperamento y carácter asociados a las decisiones conscientes que toma el individuo.
- La biología no la determina, pero influye en la personalidad a través del temperamento.
- El temperamento limita y favorece unos caminos u otros. Es decir, es difícil que una niña tímida desarrolle una personalidad histriónica o que un niño sensible desarrolle una personalidad antisocial.
¿Cómo se origina un TP?
El trastorno de personalidad (TP) es un patrón desadaptativo de comportamiento y experiencia interna que se aleja de la cultura original de la persona. Es estable en el tiempo, de larga duración y suele comenzar en la adolescencia.
Las causas de un TP son desconocidas, aunque influyen en ello factores genéticos y ambientales relacionados con el desarrollo del individuo.
Los estudios de heredabilidad de los TP no dan resultados concluyentes, si bien es cierto que los trastornos antisocial y esquizotípico presentan un grado de heredabilidad algo mayor.
¿Cuáles son los TP?
Los rasgos de personalidad se dividen en 3 grandes grupos: A, B y C. Estos rasgos dan lugar a los trastornos de personalidad del mismo nombre:
Grupo A
Presentan rasgos extraños o excéntricos y sus trastornos son:
- Paranoide: presenta un patrón de suspicacia y desconfianza. Malinterpreta intencionadamente la voluntad de los demás.
- Esquizoide: existe un distanciamiento social y una limitación de la expresión emocional.
- Esquizotípico: pensamientos y comportamientos excéntricos con dificultades en las relaciones íntimas.
Grupo B
Son los que muestran comportamientos dramáticos, emotivos o erráticos:
- Antisocial: desprecio hacia los demás y violación continua de sus derechos.
- Límite o borderline: inestable afectivamente consigo mismo y con los demás.
- Histriónico: búsqueda excesiva de la atención con emocionalidad.
- Narcisista: necesita constante admiración, presenta grandiosidad y falta de empatía hacia los demás.
Grupo C
Presentan rasgos ansiosos o temerosos:
- Evitativo: la persona se siente inadecuada, se retraen socialmente, son excesivamente sensibles a la evaluación negativa externa.
- Dependiente: patrón sumiso, necesidad excesiva de estar cerca y cuidado por la persona de la que se depende.
- Obsesivo compulsivo: giran en torno a su preocupación por el orden, el control y el perfeccionismo.
¿Cómo se detecta y se trata?
Las personas con TP tienen en común una serie de características que podemos identificar:
- Escasa capacidad de adaptación, sobre todo bajo estrés o dificultades que pongan en riesgo su estabilidad emocional.
- Son inflexibles, imponen las mismas estrategias de afrontamiento de manera rígida, aunque ello empeore las circunstancias.
- Repiten estos patrones como en un círculo vicioso, haciendo que sus personalidades sean cada vez más problemáticas y patológicas.
La forma de tratar los TP es mediante la terapia psicológica, principalmente. En algunos casos también puede ser necesario un tratamiento farmacológico.
Si tienes la sospecha de padecer uno de estos trastornos de personalidad, convives con alguien que lo padece o simplemente quieres mejorar tu salud mental y tu bienestar, no dudes en pedir cita con nuestro equipo de profesionales.
