Poner límites es tan importante para nuestro bienestar que constituye la base del autocuidado. Sabemos que no son fáciles de establecer, pero una vez conseguido habrá merecido la pena.
En Por tu Salud contamos con un equipo de psicología en el que también encontrarás psicólogo infantil en Avilés, pues es importante aprender a marcar estas fronteras desde niños. Nuestro equipo es quien mejor puede ayudarte a identificar tus límites.
¿Qué es exactamente poner límites?
Tendemos a pensar que se trata de algo que les imponemos a los demás, pero es justo al revés. Los límites nos los tenemos que poner a nosotros mismos, son un “hasta aquí”.
Te ayudarán a aceptar que no puedes controlar cómo se comportan los demás, pero sí hasta dónde estás dispuesto a soportarlo.
Por ejemplo, si tu límite es que te hablen mal, cuando alguien lo haga está en tu mano decir “no me gusta que me hables mal así que, si continúas haciéndolo, me voy a ir”.
Poner límites es un acto de amor, es la base del autocuidado. Está al mismo nivel que alimentarse correctamente, practicar ejercicio físico o estar en contacto con la naturaleza.
¿Qué ocurre si no establezco y no respeto mis límites?
Sabemos que da mucho miedo ponerlos, pero si no lo haces, las consecuencias a pagar son altas:
- Inseguridad: creemos, erróneamente, que no disponemos de las habilidades necesarias para hacer frente a muchas situaciones.
- Baja autoestima: no somos capaces de vernos como personas valiosas.
- Dependencia emocional: nuestro bienestar depende de otras personas, creando relaciones desiguales, que no son sanas.
- No saber lo que queremos: si no nos conocemos bien y siempre complacemos a los demás, nunca sabremos qué necesitamos y queremos.
¿Cómo puedo ponerlos?
Aunque no existe una fórmula milagrosa para poner límites, buscar ayuda psicológica profesional es muy importante. Contar con un/a terapeuta que nos guíe y acompañe en el proceso permitirá obtener resultados satisfactorios.
Mientras pides cita con nuestro equipo, te dejamos algunos consejos que pueden servirte:
- Aprende a decir “no”: esta palabra no es egoísmo, es autocuidado. Si algo no se ajusta a tus límites, no tengas miedo a decir que no.
- Aprende a escuchar: escuchar y entender los límites de los demás es un ejercicio de empatía que fortalece las relaciones positivas.
- Conócete bien: el autoconocimiento es esencial para poder identificar dónde están tus fronteras.
- No te sientas culpable: si estás acostumbrado/a a complacer, sabemos que limitar y decir que no te hará sentir culpable, pero debes entender que no estás haciendo nada malo.
- Sé asertivo/a: se trata de comunicar lo que quieres de forma calmada y respetuosa, pero bien clara.
- Rodéate de personas que respeten tus límites: el entorno es determinante para el crecimiento personal. Si alguien no respeta tus límites deberás sopesar si te compensa mantener esa relación.
No, poner límites no es nada sencillo, lo sabemos. Por eso desde nuestro equipo de psicología queremos acompañarte en este duro pero liberador camino. Piensa en los beneficios que supone, ¿verdad que merece la pena?
